domingo, 13 de febrero de 2011

¿Y él?

-No, no te vayas- grito antes de despertarme.-Uff, que alivio…
Me levanto y decido ducharme.
-A ver, a ver, dónde estaba el baño… ¡Aquí!-dije casi entre susurros. Abrí la puerta de golpe y entré rápido. -¡Ahhh!
-¿Marina? ¿No ves que me estoy duchando?- dijo Ángel envolviéndose en una toalla.
-Lo siento…-dije toda colorada.
-Tranquila, no pasa nada- dijo pasando por mi lado- igualmente ya me iba.
Me duché rápidamente, me vestí con el uniforme del colegio y bajé a desayunar.
-Hola peque- dije al ver a Irene desayunando.
-Buenos días, tata- respondió.-Si buscas el zumo, está en la nevera.
-Gracias.
-Te queda muy bien el uniforme- oí a mis espaldas.-estás muy guapa…te sienta bien el rojo…
Me giré y allí estaba él, Ángel, mirándome a los ojos y cerca, muy cerca. Cerré los ojos esperando algo, no sé el que. Él me besó en la mejilla.
-Buenos días, Marina.-dijo con sonrisa pícara.
-Ho-hola-dije yo toda roja.
Desayunamos todos juntos y salimos de casa. Era finales de noviembre, pero como había hecho mucho calor, todos íbamos en manga corta. Las hojas se caían y ya empezaba a hacer un poquito de frío, el invierno llegaba tarde este año.
-Yo me voy por esta calle- dijo de repente Ángel. Le dio un beso a Irene y se me acercó. Estaba muy cerca…Me volvió a besar la mejilla y sonrió.
-Os veo luego.
-¡Adiós tete!-gritó Irene.
Fuimos rápidas hasta la puerta, despedí a Irene y me adentré en mi nuevo instituto. La profesora me presentó a los compañeros y me sentó al lado de una chica morena con ojos oscuros. La profe, María, habló toda la hora sobre cosas intrascendentales y pronto me di cuenta de que ese colegio tenía un nivel bastante fuerte y me tendría que esforzar mucho. Nos mandaron deberes y nos enviaron a casa. Esperé a Irene y volvimos a casa sin entretenernos ni un minuto. Ella entró rápido, besó a su madre y fue corriendo a su habitación a dejar la mochila. Su madre, Ana, me preguntó que tal me había ido el colegio el primer día.
-Me ha ido muy bien, pero es más difícil que mi anterior colegio.-respondí amablemente- Oye, Ana ¿porqué Ángel no va al mismo colegio que yo?
-Bueno, él está viviendo aquí porque su padre… lo maltrataba. Y el psicólogo recomendó que no lo cambiáramos de colegio ya que podía ser perjudicial para su salud.
Yo asentí, avergonzada por mi pregunta y mi comportamiento.
-Me voy a dejar la mochila en mi habitación-dije- hasta ahora, Ana.
Subí rápidamente por las escaleras pensando lo que había sufrido Ángel y me dio un escalofrío. Bueno, por lo menos él tenía padres…Me senté sobre mi cama.
No puedes estar así toda la vida, Marina- me dije a mí misma.-Sal y haz algo emocionante.
Me dispuse a bajar por las escaleras cuando, de repente, Ángel subía el último escalón, no lo vi y choqué con él. Intenté cogerlo para que no se hiciera daño y lo conseguí, pero con mi mismo impulso caí hacia atrás sin remedio.
-Marina, ¿estás bien?-dijo Ángel a mi lado- si me descuido te mato- comentó sonriente.
-No, si te descuidas te mato yo a ti, lo siento, no te había visto-dije todavía en el suelo.
Él asintió, me dejó pensar que yo era fuerte.
-Vamos a comer-dijo estirándome de la mano.- ¡hoy toca pizza!
Bajamos a toda prisa por las escaleras, casi tropezándonos entre nosotros, riéndonos.
-Hola, peque.-le dijo Ángel a Irene
-¡No soy pequeña!-gritó ella por toda respuesta.-eres tu el grandullón.
Él sonrió ligeramente.
-Vamos, Irene, no te enfades conmigo…-dijo Ángel intentando que la pequeña le diera un beso. Al final lo consiguió, Irene le dio un beso, a la fuerza, pero se lo dio.
-Bueno, te perdono…-dijo ella.- pero porque luego vas a jugar conmigo.
-No puedo, Irene.-dijo él con semblante serio.
-¿No quieres jugar conmigo?- preguntó la pequeña al borde de las lágrimas.
-No puedo, tengo que ir a ver a mi madre al hospital.
-Yo jugaré contigo- dije, salvándolo- Así me enseñas tus juguetes.
-¡Bien! Mami,- dijo al ver entrar a su madre en la cocina- Marina va a jugar conmigo.
- Muy bien, Irene.- respondió su madre dejando la pizza en la mesa-A comer, chicos.
Fui a coger un trozo de pizza cuando mi mano chocó con la de Ángel. Le miré y sonrió, cogió un trozo y me lo acercó a la boca. Yo lo mordí y luego se lo llevó a su boca., terminándoselo.
-Esta tarde voy a ir al hospital, Ana- dijo él al cabo de un rato.
-Muy bien, Ángel. Ten cuidado, ¿vale?
-Lo tendré.
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A partir de ahora intentaré colgar dos entradas al día porque hay gente que va leyendo a medida que yo escribo y que sino tendrá que esperar mucho...
Espero que os guste mi idea y mi historia.
Gracias por leerme
Anitah!

1 comentario:

  1. pobrecito!!!! madre mia q vida a tenido el pobre =(
    me encanta Irene es muy rica y Ana es un cielo!!
    el momento de la pizza me a encantado xD
    1Bsoo

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