domingo, 13 de febrero de 2011

Nueva familia


-¿Cuando los conoceré?-pregunté intentando alejar esos pensamientos.
-En un par de horas. Pasaremos por tu casa y recogerás toda tu ropa y todo lo que tenga un valor sentimental para ti y te llevaremos a su casa, hoy dormirás allí.
-De acuerdo…-dije cogiendo mi chaqueta.
-Espera, te acompaño- dijo ella cogiendo también su chaqueta.
Al llegar a mi casa cogí toda mi ropa, una foto de mis padres, una de mis amigas y mi preciado portátil, que me regalaron para mi 15 aniversario. Lo metí todo en una par de maletas y salí en dirección a mi nueva casa.
-Ya estoy, podemos irnos.-Bajé todas las persianas y cerré el paso de la luz y del agua.- cuando quieras…
-Vamos, Marta ya verás cómo estarás bien allí.-dijo intentando animarme. Subimos a un coche. Después un buen rato los grandes pisos empezaron a convertirse en grandes casas de dos pisos, enormes.
-Ya estamos, es esta-dijo señalándome una casa preciosa, muy acogedora, con vallas blancas.
-Es…muy bonita, ¡es genial!-dije asombrada.
-Ven, te presentaré a tu nueva familia.-me dijo sonriente. Asentí ligeramente.
Un nuevo principio, Marina, una nueva oportunidad, pensé. Tú puedes, vamos, tú puedes.
Ding, dong
-Ya voy- se oyó des de dentro. Abrió una señora alta, rubia y con una expresión amable.-Ah, hola. Esta debe de ser Marina, ¿no?
-Sí. Encantada- le respondí amablemente. Me inspiraba mucha confianza.
-Bueno, Marina, encantada de haberte conocido. Me tengo que ir-dijo la mujer que me había acompañado hasta allí.-Espero volver a verte.
-Adiós.-la vi irse.
-Bueno,… ¿quieres pasar?-dijo permitiéndome el paso.
-Muchas gracias - respondí.
-Te enseñaré tu habitación y más tarde te presentaré a tu nueva familia. Acompáñame-dijo empezando a subir por una escalera. Al llegar arriba me señalo una habitación al fondo de un pasillo.-Ésa es la tuya, adelante, ve.
Yo me acerqué lenta pero decididamente hacia aquella habitación. Al abrir la puerta me sorprendí, ¡era enorme! Las paredes pintadas de un color rosado y algunos muebles. Pero me fijé muchísimo en la cama: era enorme, de matrimonio. Intenté localizar el armario, lo abrí y empecé a vaciar mi maleta. Coloqué mis cosas a mi gusto y cuando acabé decidí ir a explorar un poco la casa.
Iba por aquella casa abriendo todas las puertas: un baño, un estudio y… una habitación en la cual había una pequeña niña de unos 4 o 5 añitos, que se me quedó mirando en cuanto abrí la puerta.
-¡Mamá!-gritó ella, asustada.- ¿Quién es ella?
-Es tu nueva hermana, Irene. Va a vivir aquí con nosotros.- entonces a la niña se le iluminó la cara.
-¿Te puedo llamar hermana? ¡No, te llamaré tata!-sonrió abrazándome.
-Yo te llamaré princesita, ¿vale?
-Sí, tata.
-Es muy cariñosa- me susurró su madre.- Pronto le cojeras cariño. En esta casa también vive alguien más, te lo digo para que no te asustes al verlo. ¡Ángel, ven anda!
De pronto apareció un chico que debería tener uno o dos años más que yo(o sea 16 o 17). Tenía pinta de ser un chico duro, pero era especialmente guapo. Al verme sonrió. Sus ojos azulados brillaban bajo su pelo castaño.
-Hola, eres nueva, ¿no? Yo soy Ángel.
-Em.… yo soy Marina, encantada.-dije sonriéndole. Estaba embobada. ¡No! No me puedo enamorar de alguien así, sin conocerlo.
-¿Quieres que te enseñe el  barrio?-dijo sonriendo.
Miré a mi nueva ‘’madre’’ y ella asintió.
-De acuerdo- dije risueña.
Salimos de la habitación y me señaló una puerta.
-Esa es mi habitación- estaba en la otra punta del pasillo. Se ve que habían tomado medidas…
-La mía está en la otra punta del pasillo-dije.
-Vamos, te enseño tu instituto y lo demás…-dijo mirándome a los ojos. Sentí un extraño escalofrío, él lo notó y, simplemente, sonrió un poquito más.
-¿No irás al mismo instituto que yo?-pregunté extrañada.
-No, yo voy al mismo que iba antes de vivir en esta casa.
-¿Porqué?- él dio un respingo.
-Cosas mías…-respondió frío.
Tanto misterio con este chico… Era muy extraño.
-Este es -dijo después de haber andado un par de manzanas en silencio.-Tu instituto está cerca del colegio de Irene, seguramente vendrás con ella todos los días.
-¿Irene?-pregunté.
-Irene es la niña que te ha llamado tata, la de la habitación.
-Ah, si…Es muy buena.-dije.
-Bueno,… ¿volvemos?
-Ajá-dije todavía en las nubes.
Al llegar a casa estuve hablando con mi “madre” sobre cosas: que me gustaba hacer, que tal me iba en los estudios…Y acaba con un “que tengas buenas noches”
-Igualmente.
Me dormí en seguida, sin darme tan siquiera cuenta. Un extraño ruido sacude mis sueños.

1 comentario:

  1. no me a dao muy buena espina lo de "cosas mias" uyuyui q tendra q ocultar¿?
    escribe pronto pliiis ;)
    1Bsoo

    ResponderEliminar